Háblale de amor, de
paraísos,
Regálale alguna flor,
Darle caricias ardientes,
Dile que a tu lado
encontrará
Éxtasis candentes nunca
vistos.
Desconocido no la dejes
Vivir sola, mucho menos
llorar;
Hazla sumamente feliz.
Que mi amor se pierda cuál
fantasma
En los caminos de la vida.
Ayúdala, que no se desanime
del amor.
Se pues, el mejor amante,
Que ella será lo mejor de tu
destino.
Yo no la quise por quererla
mía
La quise por ser tan bella,
Tan linda; tan fuerte fue mi
amor
Que le aposté a destiempo
Queriendo juntar dos
destinos,
Y sin poder en caminos
abiertos,
No sabiendo caminar
senderos.
En mi espacio o en mi
tiempo.
La amé, la cubrí de suspiros
Aunque nunca los sintió,
Le di mis penas, mis
angustias
Y mis mejores momentos.
Las tres mezcladas en un
beso
Interminable y bello.
Pero el escepticismo
floreció,
Por el que trabajé los días.
Y hoy que sólo estoy,
Soy feliz en mi ruta mortal
Porque tu le darás
felicidad.
Se cauteloso, su corazón no
se entrega
Fácil, pero si lo hiciera,
Conocerás la gloria.
Cúmplele, comparte sus
desvelos
Y obtendrás su amor
Y con eso sus besos.
Es pues un asunto complejo,
Seguro morirás de amor,
Pero nunca desgraciado.